viernes, octubre 12

Él desapareció, mucho antes de irse

Caminaba atraves de la neblina, pensó que sólo sería por un tiempo. No quería hacerlo sola, pero a fin de cuentas termino teniendo diálogos con las paredes De a poco comenzó a notar como él se vaciaba. Los pequeños detalles, esa mirada vacía, esos silencios que se prolongaban más y más.

El día en que todo empezó a ser real fue una mañana con un sol épico, el calor convencía a su ropa a resbalarse al suelo. Camino tratando de librarse de los brazos de Morfeo. Tomo su taza de té y volvió a la cama. Trato de no hacer ruido para que él siguiera silencioso, adormilado. Pero no soporto la tentación y lo abrazo con fuerza. Nunca pensó que ese seria el primer día de su sentencia. Su sorpresa la dejo muda, le faltaba una mano. Estaba ahí recostado con su mirada perdida y sin una mano. Lo despertó, lo agito con fuerza, pero él solo se paro camino al living y se sentó.  Pasaron días, cada vez que tocaban el tema de la desaparición de la mano, él se ponía a la defensiva, gritaba y después se sumergía en un silencio absoluto. Después de un tiempo fue una oreja, una pierna, de a poco solo fue quedando algo de su cabeza. Ella trató de no provocarlo, vivir como si nada pasara, darle tiempo, espacio.

Al fin esa noche le dijo,

- Si quieres ir, ve. Yo estaré aquí, esperando tu regreso.

Al terminar la frase el desapareció por completo y ella salio a caminar. Pensó: "como no note que lo primero en irse fue su corazón".


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