Caminando en una calle maltrecha de la capital, trataba de esquivar los baches. Esas imperfecciones molestas para los automovilistas, pero hipnotizantes para los transeúntes ligeros de alma. El vértigo reaparecia, ese deseo eterno de entregarse a la profundidad la estaba colonizando. El alma. el corazón, la locura, no podía decir con seguridad si era una o todas, pero era real. La falta de conexión entre sus pensamiento, era cosa del día a día, mas hoy había que dejar un estamento. La verdad era una y con letras la anclaría en un pedazo de historia.
- He amado, con pasión y entrega desmedida. Lo di todo, sin esperar recompensa profunda. Mi vida la deje en un pupitre y agradezco haber sido escuchada. Caminé de la mano, con un inmenso pavor a la soledad. Hoy miró atrás y sé que valió la pena, pues la felicidad se mide en recuerdos cálidos.Hay dichas que se callan, pero hoy no habrá gritos ahogados. Amé y no se termino.
AME Y NO SE TERMINO.
Siguió deambulando sin saber el destino, solo avanzo. Pensamientos de sabores ácidos y dulces la llenaban de esperanza. Se sentó en una esquina prendió un cigarro y miro las hormigas pasar.
- Si, el amor es uno, pero es mio para darlo a quien yo elija. El único "alguien especial" soy yo. Compartir ese extraordinario ser con algún compañeros de viaje. No temer a la soledad, pues ella sólo juega contigo. Hoy puedo decir satisfecha, mi corazón no se rompe, ni se entrega, porque es enorme y es mio.
Sola termino el trecho entre su divagación y su hogar. Tranquila prendió la cocina. Sabía que no era un error, solo empezaba a amar con jubilo la vida. Y no importaba lo que dijeran no podían romper su coraza. Las mariposas ya no estaban en su estomago, sino que salían por sus poros.
