lunes, marzo 18

No quiero esto ahora, pero paso.


En el fondo, no tan en el fondo, en la superficie, ser la causa de una corrida épica, siempre produce un escalofrió de los más necios y profundos. El gran gesto, el romanticismo que afecta directamente las defensas y te ataca cuando estas más desvalida. Pero a quien no le gusta un poco el amor, ese intoxicante elixir que te quita la vida con placeres terrenales y dolores infernales.

Da lo mismo, hay que llenar los días. Aveces se inflaman con pequeños agridulces caramelos de limón y otros, con agrios pasos por el cemento ardiente a pie descalzo.

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