Y si de repente te digo que me gustas. Que antes de dormir pienso es salir contigo de la mano a caminar por las calles. Que me enloquece pensar en que todos mis amigos sepan que te beso y que seria la mas orgullosa enamorada del mundo.
Y si me dieras una oportunidad. Que cuando estoy sola, conmigo misma me hago el amor y digo tu nombre.
Que pasaría si me conocieras y encontraras lo que estabas buscando. Yo dejo todo mi pasado y tu me regalas un futuro con mañanas dulces.
Y que tiene que no nos conozcamos. No nos vamos a conocer, solo me veras y sabrás que estoy hecha para ti. No necesitaremos mas.
Nos haremos reír y todo estará bien.
Y si de-re-pen-te te digo que eres perfecto.
¿Que pasaría? Dímelo, por favor.
martes, abril 15
lunes, abril 14
Y si lo veo con humor?
Odio sin
medida, amor ahogante, calor sumiso y amistades lejanas. Huyeron.
El manto del miedo les cubría de una forma u otra. Pero sin terceros era más fácil reconocer las raíces de las rencillas.
Fueron años de caramelos, arcoíris, arpegios volátiles y lujuria. El tiempo pasa, el amor existe, es complejo y arbitrario, pero más que nada es temeroso.
Así todo se va envenenando de a poco, el virus letal del miedo te alcanza, sin importar el tiempo y las distancias.
El manto del miedo les cubría de una forma u otra. Pero sin terceros era más fácil reconocer las raíces de las rencillas.
Fueron años de caramelos, arcoíris, arpegios volátiles y lujuria. El tiempo pasa, el amor existe, es complejo y arbitrario, pero más que nada es temeroso.
Así todo se va envenenando de a poco, el virus letal del miedo te alcanza, sin importar el tiempo y las distancias.
Era
simple, ella se miraba al espejo y no se gustaba, sentía entre asco y pena.
Él estaba hundido en su egoísmo y sombras.
Las cosas se movían por inercia, era el momento de aceptar la derrota.
Pero no sería así de sencillo, neciamente decidió entregarle la responsabilidad de cerrar la puerta a él. Pasaron los días como el caudal de un rió, después de una tormenta.
Hasta que se dio por vencida, ese día llego la carta:
Él estaba hundido en su egoísmo y sombras.
Las cosas se movían por inercia, era el momento de aceptar la derrota.
Pero no sería así de sencillo, neciamente decidió entregarle la responsabilidad de cerrar la puerta a él. Pasaron los días como el caudal de un rió, después de una tormenta.
Hasta que se dio por vencida, ese día llego la carta:
Querida (nn):
Ya no puedo más. Te amo,
pero no puedo. Debía por lo menos decirlo. Vive una vida feliz.
Amor (nn2)
Era el
fin de una era y que la curación empiece.
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