Él media exactamente 14 cm. más que ella. Esto era de mucha ayuda para asumir la posición estratégica, en donde, cómodamente, ponía sus frías manos por debajo de su polera, tocando tímidamente su espalda y a la vez apoyaba la mejilla, en ese perfecto espacio entre su hombro y su pecho. Abrazarlo suavemente, no pensar en nada y terminar todo con un beso suave beso en su cuello.
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