lunes, junio 23
Perhaps perhaps perhaps
Él media exactamente 14 cm. más que ella. Esto era de mucha ayuda para asumir la posición estratégica, en donde, cómodamente, ponía sus frías manos por debajo de su polera, tocando tímidamente su espalda y a la vez apoyaba la mejilla, en ese perfecto espacio entre su hombro y su pecho. Abrazarlo suavemente, no pensar en nada y terminar todo con un beso suave beso en su cuello.
martes, junio 17
Colores
Le dieron un té con flores de muchos colores.
- Tómalo, camina y disfruta.
Nunca tubo valor para esas cosas, pero ya se le estaban yendo los años y no perdía nada con disfrutar su soledad, con algo de ayuda.
Hacia bastante que no andaba por el centro de la cuidad, pero decidió empezar ahí su aventura. Escuchando el track numero 3 se puso a mirar una ventana con marco azul. La cortina era blanca y tenia bordado pequeños corazones rosas. No sentía frió, pero se puso la bufanda. De pronto al terminar la calle él estaba ahí, apoyado en su bicicleta.
Siempre esperaba encontrarlo, porque estaba en cada rincón de su mente. Pero en la calle parecía irreal. Camino hacia él, su cara tenia dibujada la sorpresa.
- Hola.- Le dijo con su mejor sonrisa (llena de temblores en todo el cuerpo)
- ¿Hola?- Algo confundido.
- Vine una semana a la ciudad. Vacaciones lejos del sol.
- ¡Emilia!- Por fin la reconoció.
Sintió un balde de agua fría en su espalda. Le tomo la mano, lo miro y dijo:
- Vamos.
Veía las flores de su té rodear la cama. Un cuerpo desnudo y el aroma de su aliento. Era todo intoxicante, sufría por el miedo de no poder recordar nada mañana. Lo abrazaba con fuerza y le decía al oído, en susurros: "Esta noche eres solo mio, el futuro no existe".
A la mañana siguiente volvió a la calles vacías y camino hasta que sintió hambre. Nunca sabrá si fue real, pero no le preocupaba, porque extrañaba esa felicidad del vientre tibio.
Anoche volvió a sentir.
- Tómalo, camina y disfruta.
Nunca tubo valor para esas cosas, pero ya se le estaban yendo los años y no perdía nada con disfrutar su soledad, con algo de ayuda.
Hacia bastante que no andaba por el centro de la cuidad, pero decidió empezar ahí su aventura. Escuchando el track numero 3 se puso a mirar una ventana con marco azul. La cortina era blanca y tenia bordado pequeños corazones rosas. No sentía frió, pero se puso la bufanda. De pronto al terminar la calle él estaba ahí, apoyado en su bicicleta.
Siempre esperaba encontrarlo, porque estaba en cada rincón de su mente. Pero en la calle parecía irreal. Camino hacia él, su cara tenia dibujada la sorpresa.
- Hola.- Le dijo con su mejor sonrisa (llena de temblores en todo el cuerpo)
- ¿Hola?- Algo confundido.
- Vine una semana a la ciudad. Vacaciones lejos del sol.
- ¡Emilia!- Por fin la reconoció.
Sintió un balde de agua fría en su espalda. Le tomo la mano, lo miro y dijo:
- Vamos.
Veía las flores de su té rodear la cama. Un cuerpo desnudo y el aroma de su aliento. Era todo intoxicante, sufría por el miedo de no poder recordar nada mañana. Lo abrazaba con fuerza y le decía al oído, en susurros: "Esta noche eres solo mio, el futuro no existe".
A la mañana siguiente volvió a la calles vacías y camino hasta que sintió hambre. Nunca sabrá si fue real, pero no le preocupaba, porque extrañaba esa felicidad del vientre tibio.
Anoche volvió a sentir.
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