Una anti sistémica joven, que dejo de ser adolescente hace un par de años. Escribe un blog, que nadie lee, con tristes intenciones de ser talentosa. Con grandes secretos como: un lunar en el dedo gordo del pie, al cual ama con locura, desde que le dijeron que era un triangulo (pero que parecía una basura). Confundida por no sentir la necesidad, de hablar con desconocidos o de llamar la atención en medio de una habitación llena de mujeres, con vestidos largos. Tiene sueños eróticos con hombres mayores de 70 años y confusas fantasía sobre subir al tren, que un joven la mire detenidamente y le diga al oído "Nunca te olvidaré".
Llena su estomago con angustias de temores futuros y algo de paracetamol, mezclado con gin. Espera un respuesta lejana.
- Espera.
- Esperá.
- Mirame a los ojos y vomitame una respuesta.
- Mirá.
- No voy a soportar más incoherencias. Toma tus acentos burdos, tus camisetas rasgadas y cierra la puerta.
- Si, sólo eso quería. Un poco de pasión y tempestad.
- Agrega todos tus fetiches en la maleta y déjame dormir desnuda.
- Dejáme.
"Hoy lanzo una piedra al vació. Soy nadie, pero merezco todo y lo quiero ya". Ella no tenía ningún sentido del orden, ni esperaba comprensión, pues ser incomprendida era parte de su encanto.
Así se sentó en el vagón más oscuro, mirando su lunar y cantando en voz alta...
volare oh oh...