Unos cuantos años atrás, cuando me sentaba tranquila a mirar el paisaje y escuchar Sonic youth. Sin pensar en novios, pololos, amigos, padres, profesores, solo andar hasta el fin del recorrido y después volver.
Odiosa y arrogante, pensé ser la dueña de todo lo necesario. Fui feliz con mil mascaras de ingenuidad. Todo antes de conocer el sabor del fuego en mis entrañas.
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