No termina de girar la tómbola cuando te miro y veo el asco que
me producen tus ojos. Con ese blanco lechoso y agrio.
Todos parecen aplaudir esa actitud de fugitiva. Pero miro mis pies y me separo de la manada.
Te odio, te desprecio, espero que todo este mal, en el momento justo cuando aquí todo este bien.
Mirare del cielo.
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